Bogotá, en conjunto, es poseedora de una significativa oferta de recursos turísticos —atractivos y servicios— para la práctica del turismo urbano o de ciudad.
Uno de ellos está representado en los bienes culturales que integran el patrimonio cultural, algunos de los cuales pueden incorporarse en los productos turísticos4 para los posibles y reales visitantes.
Además de las facilidades propias de ciudades de gran tamaño para los negocios, el comercio, la salud, la cultura, la industria, la educación, la recreación, el esparcimiento y la tecnología, entre otros, Bogotá ostenta la calidad de ser la capital política, sede del Estado colombiano en sus ramas ejecutiva, legislativa y judicial.
En tal conglomerado —por demás de gran magnitud— el mismo tamaño y distribución de la población por estratos socioeconómicos en Bogotá facilita la existencia de un segmento de población con posibilidades para adquirir lo que es conocido como “segunda vivienda”; se trata de viviendas que están localizadas en su gran mayoría en el entorno inmediato de la Sabana de Bogotá y en algunas poblaciones relativamente cercanas en las que prima como atractivo el clima templado y/o cálido.
Estas viviendas no son exclusivamente utilizadas por sus propietarios, ya que han surgido alternativas para apoyar la financiación de su cuidado y mantenimiento, mediante el arrendamiento temporal de las mismas, de una manera formal e informal, es decir, agrupadas en condominios, formas de propiedad horizontal o tiempo compartido.
Uno de ellos está representado en los bienes culturales que integran el patrimonio cultural, algunos de los cuales pueden incorporarse en los productos turísticos4 para los posibles y reales visitantes.
Además de las facilidades propias de ciudades de gran tamaño para los negocios, el comercio, la salud, la cultura, la industria, la educación, la recreación, el esparcimiento y la tecnología, entre otros, Bogotá ostenta la calidad de ser la capital política, sede del Estado colombiano en sus ramas ejecutiva, legislativa y judicial.
En tal conglomerado —por demás de gran magnitud— el mismo tamaño y distribución de la población por estratos socioeconómicos en Bogotá facilita la existencia de un segmento de población con posibilidades para adquirir lo que es conocido como “segunda vivienda”; se trata de viviendas que están localizadas en su gran mayoría en el entorno inmediato de la Sabana de Bogotá y en algunas poblaciones relativamente cercanas en las que prima como atractivo el clima templado y/o cálido.
Estas viviendas no son exclusivamente utilizadas por sus propietarios, ya que han surgido alternativas para apoyar la financiación de su cuidado y mantenimiento, mediante el arrendamiento temporal de las mismas, de una manera formal e informal, es decir, agrupadas en condominios, formas de propiedad horizontal o tiempo compartido.
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